
¿Quién influyó en la formación de su vocación?
Mis padres son personas sencillas y humildes que con su fe sencilla sembraron la semilla de la fe en mi corazón y aceptaron mi decisión de seguir al Señor, sobre todo mi mamá que fue la primera catequista que me enseñó a rezar y la devoción a la Virgen María.
¿Cómo sintió el llamado de Jesucristo a seguirlo?
¿Cómo se puede explicar los caminos del Señor? En el Bautismo escuché mi nombre y Dios me marcó con su sello en la frente y encendió un cirio en mí. En cierto momento de mi vida me convencí de que Cristo me decía lo que había dicho a los apóstoles. ¿Me amas?: Ven sígueme
Cristo me llamaba para seguirle, entonces ingresé al Seminario para conocerlo y amarlo mejor, con una entrega total.
¿Cómo fue madurando su vocación en todo el tiempo de formación?
Mi vocación fue madurando en medio de niños y jóvenes del oratorio de los Andes y bajo la dirección espiritual de mi confesor.
Desde ese día me dispuse seguir a Cristo, me enamoré de Él y sentí su amor dentro de mí, desde entonces todos los días pido que llene mi corazón de su amor.
Cuando no siento su amor y su presencia miro al sagrario y grito: JESÚS TE AMO y en el silencio el eco me repite su voz que dice “Yo también te amo”.
Por eso quiero vivir siempre con Cristo. Gracias Señor por el regalo de ser tu servidor.
“SOMOS UNA CARTA DE CRISTO”
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