Lleva 20 años como consagrada al Señor y 10 años dedicada a la evangelización con la música. Es teóloga por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y psicóloga por la Universidad Pontificia de Salamanca. Su ciudad natal la declaró “Servidora Ilustre” en el año 2003.
Actualmente reside y trabaja en España aunque es conocida internacionalmente, especialmente en el ámbito de la música católica.
SU INFANCIA
Nació en Parral, hija de los profesores Erasmo Hernandez Troncoso y Graciela Aguayo Sobarzo. Ella es la segunda de cuatro hermanos, ellos llamados Orielle, Leonardo y Grace. Realizó la mayor parte de sus estudios en Linares; de segundo a cuarto de primaria (enseñanza básica en Chile) estudia en el Colegio de la Providencia, dirigido por una congregación de monjas canadienses; y el séptimo y octavo básico en el Colegio María Auxiliadora, dirigido por las religiosas salesianas. La enseñanza media (bachillerato) la cursó en el liceo B 27 de la Ciudad de Linares.
Fue una adolescente muy inquieta, perteneció a la Cruz Roja, fue ecologista, presidenta del centro de
ese detalle, el cual para Glenda significó un signo más de que su Iglesia bendecía su ministerio de evangelización con la música.
En 1985, a la edad de 14 años, decide conocer más de cerca la persona de Jesucristo, a contracorriente de su padre y del ambiente que se vivía en el Liceo donde ella cursaba la enseñanza media (o bachillerato), en el cual había muy pocos estudiantes católicos. Todo el ambiente que la rodeaba la inducía a conocer otras creencias religiosas y filosóficas distintas al cristianismo católico; a esa edad también realiza sus primeras composiciones: Canciones de amor para su novio y más tarde canciones que le nacían del encuentro con Dios.
alumnos de su liceo e incluso deportista de vóleibol y atletismo. Sus cercanos la reconocían por tener un carisma y simpatía especial que siempre la hicieron popular en los colegios por donde estuvo. También en esos años comienza a cantar junto con otras dos amigas en los festivales y actos de su liceo y ciudad.
Su acercamiento al cristianismo
Glenda comenzó a participar de la misa dominical de la catedral de la ciudad de Linares, donde se hizo conocida y esperada su participación en la eucaristía. En esta época el hoy emérito Obispo de Linares Carlos Camus Larenas, le solicitó que le grabara un casete con todas las canciones que interpretaba tanto en misa como en las adoraciones eucarísticas. Tiempo después, cuando Glenda ya era consagrada y estaba estudiando en Roma, el Obispo Camus se encontró con ella le hizo recordar
Glenda buscaba comunicar su experiencia de Dios: "¿Por qué yo experimento el amor que Dios me tiene y los demás no?". Esta inquietud la movía a entregarse y dar a conocer a Dios a todos, en especial a sus compañeros de liceo y de ciudad.
A Glenda la marcaron muchas personas, pero sin lugar a duda en esa época adolescente, don Carlos Camus, su Obispo, influyó notablemente en su sensibilidad pastoral. Fue un Obispo muy misionero, visitó todos los rincones de la diócesis a quién el mismo le dio forma y consistencia. Fue uno de los primeros Obispos que arriesgando su vida se enfrentaron abiertamente a la dictadura de Augusto
Pinochet Ugarte. Estuvo muchas veces amenazado de muerte y calumniado. Incluso en cierta ocasión
ese detalle, el cual para Glenda significó un signo más de que su Iglesia bendecía su ministerio de evangelización con la música.
Su Vocación
Luego de esta primera llamada a la fe cristiana, comienza a nacer en Glenda el interés por una vidade consagración completa a Dios. Miraba a las personas consagradas que iban apareciendo en su camino y pensaba: ¡qué fantástico debe ser vivir sólo para Dios! Un día siguió, sin ser vista, a una consagrada y hasta se atrevió a tocarle el borde de su hábito, "quería saber cómo era".
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